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Menos sal, más salud consumiendo alimentos naturales

“¡Sabroso, no es salado!”

En la Semana de Sensibilización sobre el consumo de sal, te contamos por qué es importante saber que “sabroso ¡no es salado!” y que incorporar alimentos naturales a nuestros consumos diarios es una excelente forma de reducir el consumo de sal.

Del 8 al 14 de marzo 2021 es la Semana de Sensibilización sobre el consumo de sal, campaña que tiene como fin alertar a la sociedad sobre los peligros del consumo excesivo de sal (sodio) para la salud y brindar herramientas para disminuir su presencia en la alimentación.

¿Porque se recomienda comer con menos sal y más sabor? Porque, aunque no lo parezca incluimos demasiada sal en la alimentación. Esto está asociado con cifras elevadas de presión arterial, lo que da más trabajo al corazón; además afecta los riñones y es la responsable de enfermedades cardiovasculares y accidente cerebrovascular.

En nuestro país, se estima que las personas consumen, en promedio, el triple de sodio de lo recomendado. Se calcula que el exceso en el consumo de sodio es responsable de cerca de 3 millones de muertes al año en todo el mundo, que podrían ser prevenidas si el consumo global de sal se redujera a la cantidad recomendada.

Por eso, reducir la cantidad de sodio de las comidas salva vidas y es una de las medidas más costo-eficaces para la salud pública. Para ello, el consumo de frutas y verduras frescas es el mejor aliado.

Al respecto, el nutricionista neuquino Samuel García (MP. 108), asegura que Sabroso…, ¡no es salado! Y en el siguiente artículo, nos hace un llamado de atención sobre nuestros consumos.

Todos queremos comer rico y, para muchos, parece que solo con abundante sal se puede lograr.  En esta Semana la propuesta es dar ese sabor a las comidas con otras estrategias, porque ¡salado no es sinónimo de sabroso! Está comprobado que es posible reducir la sal sin que el paladar se dé cuenta, con un resultado gratificante y saludable para todos.

En estos tiempos de pandemia se han modificado rutinas y formas de vivir en muchos aspectos. Desde la alimentación podemos decir que se han reducido las salidas a comer, comidas en el lugar de trabajo o estudio y reuniones sociales. Se cocina más en casa, se han probado y creado recetas involucrando a todos en casa. Esta es una oportunidad fantástica para descubrir el gusto por la cocina, aprender habilidades, compartirlas y disfrutar los resultados. Nuestra apuesta es que estas recetas sean aliadas del bienestar, el peso saludable y el sabor.

La hipertensión arterial se puede prevenir, postergar y controlar reduciendo el consumo de sal (sodio) desde la niñez, manteniendo una dieta saludable y un peso corporal adecuado, evitando el consumo de alcohol y tabaco, manteniéndose físicamente activo y siguiendo el tratamiento que el médico indique.

La recomendación es no pasar de los 5 g. de sal al día, esto equivale a 1 cta. tamaño té, que en sodio son 2000 mg, aun para personas sanas. Este límite de 5 g. debe considerar tanto la sal que agregamos del salero como la que tienen los productos como el pan, fiambres, quesos, embutidos, snacks, caldo en cubos, salsas y hasta las galletitas dulces.

Se estima que la mitad de la sal que incluimos en la dieta proviene de productos y comidas envasadas o elaborados fuera del hogar, por esto la importancia del etiquetado frontal que brinda información sobre el sodio al momento de la compra.

Reducir la sal en la alimentación no debe significar comer sin sal o sin sabor. Aunque no tengamos presión alta, es posible bajar el sodio, comer rico y cuidar el corazón.   

Toda sal es salada… Ya sea rosada, blanca, del centro de la tierra o del Himalaya, ya sea de ajo, apio o con especias, toda sal tiene sodio en su composición. Por más pura o natural o libre de procesamientos que se la promocione puede tener efecto nocivo en la salud, en especial si tenemos la presión arterial elevada o tenemos exceso de peso.

No solamente hablamos de la sal que ponemos en la comida que se prepara en casa, sino en muchos alimentos que ya están fabricados y almacenados para ser vendidos, que son los llamados alimentos procesados. Un gran número de personas desconoce que estos alimentos tienen sodio, de alguna manera si está presente, aunque sea en pequeñas dosis (conservantes), que, sumadas a la dieta diaria de tres raciones, el consumo aumenta drásticamente.

En este sentido, es vital que la industria alimentaria asuma su papel y ayude a que los individuos puedan disfrutar de una mejor calidad de vida, sin pensar sólo en los beneficios que reciben cuando los consumidores adquieren sus productos.

Consejos para reducir el consumo de sal en la dieta diaria

>> A la hora de comprar los productos, es importante leer en la etiqueta la cantidad de sal que hay en cada uno de ellos.

>> Es recomendable adquirir más alimentos frescos y naturales y evitar la ingesta de aquellos que ya vienen procesados.

>> Reducir el uso de la sal y en su lugar utilizar más especies aromáticas para darle un mayor y mejor sabor a la comida.

>> Ingerir los alimentos de forma proporcionada, evitando las grandes cantidades, que a la larga representa un incremento del sodio.

>> Introducir más frutas y vegetales frescos en lugar de los que ya vienen enlatados.